martes, 7 de octubre de 2008

La opinión es lo que cuenta


Hoy han empezado las clases propiamente dichas de la asignatura "Teoría y práctica de los géneros de opinión", y en nuestra primera práctica en clase se nos ha encargado escribir una columna, lo menos específica posible. Muchos han escrito sobre crisis, tdt, inmigración... Pero a un servidor le ha parecido mejor tratar el tema del racismo. El artículo, que reproduzco a continuación, supone un enorme esfuerzo para los que, como yo, cursamos Comunicación Audiovisual, pues se puede decir que no es nuestra vocación propiamente dicha la de redactar un texto, pero bien... ¿Quién no opina hoy en día?:



Un maratón cultural


Hace un par de días, mientras tomaba un café en el centro con una conocida mía (con la que, todo sea dicho, no suelo verme muy a menudo) vimos cómo un grupo de jóvenes de origen senegalés, a paso ligero, se dispersaban entre la multitud. El tema de conversación en ese momento, por supuesto, derivó en pos de los chavales que huían, mirándose unos a otros con la adrenalina marcada en sus pupilas. Mi amiga, que pocas veces ha oído hablar del significado de la palabra tacto, y que rara vez emplea un tono delicado en su forma de expresión, simplemente señalço y dijo: " ¡Claro! En vez de ir a la óptica, he ido ahí a la calle del centro, donde están los negros, sí, éstos de aquí mismo… míralos como corren… Luego, claro… ¡Ganan todas los maratones!”. No era, ni por asomo, la primera vez que la oía recitar un comentario de tal índole, por lo que apenas le presté atención.

Más tarde, a altas horas de la madrugada, cuando no podía conciliar el sueño apareció, segundo a segundo, el momento cumbre del día de mi querida amiga al decir tales palabras. Más allá de acostarse con la cabeza bien tranquila o no, cabe preguntarse: ¿realmente se le puede considerar como una persona racista? Muchos puede que opinen que no, pero si analizamos sus palabras detenidamente, si nos preguntamos si somos racistas o no, no está de más decir que, al fin y al cabo, las palabras son la expresión de nuestro ser, de todo lo que nos rodea. Imagínense la escena, pero sustituyan al grupo de senegaleses por uno de ingleses. Probablemente, mi amiga hubiera preferido destacar su poca conducta cívica en la calle, pero no hubiera comentado nada acerca de su color de piel. Es más, seguramente, ni se habría molestado en hablar, lanzando un simple comentario que olvidaríamos pasados pocos segundos. No habría lugar para los chistes sobre su origen.

Seguro que nadie va a poner en cuestión la bondad y candidez de mi amiga. Pero mírenla, no sólo de forma cómplice, sino como un producto cultural, que necesita catalogar a las personas que le rodean en categorías, entre las que se encuentra el color de la piel. Por mucho que no le importe, el mismo hecho de realizar tal acción, ya indica un patrón de conducta que establece unas diferencias entre unos seres humanos y otros. En tiempos donde la palabra “igualdad” forma parte de cualquier discurso político social que se precie, e incluso muchos presumen de ella, (como ya habrán adivinado, hace mi amiga) si realmente queremos acabar con el racismo, tenemos que concienciarnos de que no todas las descripciones y palabras son válidas, por anecdóticas que sean. Y por favor, seamos capaces de ver que el mundo está autodefiniéndose cada vez más y a una velocidad mayor como lo que es: una mezcla de culturas, que han de convivir juntas. Afortunadamente, mi amiga ya está a punto de alcanzar la meta en su particular maratón ideológico: cada vez que me habla de su sobrina, me enseña sus fotos, e incluso, bromeando, me asegura que, paradójicamente, no le gusta la comida china.


4 comentarios:

Aerith dijo...

eh! me ha molado tu artículo.
el hombre de generos no nos puede pedir que seamos periodistas, porque no lo somos. pero deberia de ver que hemos puesto todos en nuestros articulos nuestro "toque". a ver si nos puntúa alto!!!

ja ne!!
pd: yo tambien he colgado el articulo xD
pd2: no pongo acentos cuando escribo en el blog XD

Unknown dijo...

Queramos o no, bien sea por la cultura o por la costumbre( que en realidad creo que están muy ligadas)en nuestras palabras hay racismo voluntario o involuntario cuando hablamos de otra raza u otro color de piel simplemente con el hecho de mencionar su color.

Hebe dijo...

Hola! Soy Julia (Hebe). Pues para no ser tu especialidad escribes bastante bien. Muy bien, en verdad.

Muy cierta tu columna y lo más importante es que invita a reflexionar, algo que deberían hacer todos los artículos de opinión pero que raramente lo consiguen en mí (no me gusta dejarme guiar por las opiniones ajenas), pero mira tu por donde, tu "práctica" me ha hecho pensar.

Un besazo!

Lola Miau dijo...

Pau?? Tienes blog!! Pues te lo voy a cotillear regularmente, me parece... tuturuuuu...